He esperado mucho, pero por fin llegó el momento de impartir mi primer taller de Sashiko. Desde que estuve en Japón, donde aprendí esta técnica de bordado japonesa, he practicado, investigado y estudiado mucho sobre ella y por fin me he sentido preparada para enseñarla.
El sashiko no surgió como un bordado, sino como una costura fuerte empleada para remendar y acolchar las prendas de las clases bajas. Pero el carácter japonés, siempre en busca de la belleza y la perfección, lo convirtió en un precioso bordado que hoy en día se utiliza con fines decorativos.
Para mi es un placer practicar el sashiko porque me gusta mucho el resultado y es muy relajante, así que estaba deseando compartirlo con mis alumnas. Y he tenido la suerte de hacerlo con cuatro de ellas a las que aprecio mucho, así que lo pasé genial en todos los sentidos. ¡Gracias, chicas, por una tarde estupenda!
Un comentario
Me gustaría aprender. Gracias
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